All restaurant workers who have complained about low wages, dangerous conditions, and lack of health insurance or job security have heard the familiar refrain of the restaurant owner: “I would love to give you health insurance, I would love to give everyone a raise, I’d love to pay for your uniform and the cost of maintaining it: we are a family, after all! … but you have to understand that margins in our industry are so small, and I work so hard, for you and for the love of good food and drink! You don’t know how good you have it!” This sob story has been repeated so often that it has become an accepted fact. It is cited not just by capitalists, but also by the most backward section of workers at the slightest hint of collective struggle.
Todos los trabajadores de restaurantes que se han quejado de salarios bajos, condiciones peligrosas, falta de seguro médico, o seguridad de empleo han oído el refrán familiar de los dueños de restaurantes: “Me encantaría darle seguro médico, me encantaría darles a todos un aumento de salario, me encantaría pagar por su uniforme y por los gastos de mantenerlo: !Somos familia al final!… pero tiene que entender que los márgenes en nuestra industria son tan pequeños, y trabajo tan duro por ti y por el amor de la buena comida y la bebida! ¡No sabes que bien lo tienes!” Este cuento de tragedia ha sido repetido tantas veces que se ha convertido en un hecho aceptado. No es cotizada solamente por los capitalistas, sino también por la sección mas atrasada de los trabajadores cuando hay la más minima insinuación de lucha colectiva.